Abre sus puertas Rosewood Mandarina, el más reciente refugio de bienestar y desconexión en la Riviera Nayarit.
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Hace más de dos mil años los pueblos tecuexes, cocas, nahuas, coras y huicholes (wixárikas) vivieron en comunión con la selva, el mar y el cielo. Entre árboles de papelillo, palmas y raíces profundas, florecieron culturas que siguen resonando en este santuario resguardado por el Pacífico: Rosewood Mandarina.
Hoy, la herencia de aquellos días se manifiesta en rituales que dan la bienvenida a los huéspedes con una bebida ceremonial, en tratamientos del Asaya Spa que evocan la peregrinación huichol, o en recorridos de bienestar diseñados para reconectar, restaurar y mirar hacia dentro.
Detrás de Rosewood Mandarina
Conscientes del vínculo sagrado entre naturaleza e identidad, la diseñadora Caroline Meersseman de Bando x Seidel Meersseman, imaginó y materializó un refugio en diálogo constante con el entorno de Rosewood Mandarina.
Nada aquí es ajeno al paisaje ni a sus raíces: cada forma, cada textura y cada gesto honra la sabiduría ancestral de los pueblos Huichol y Cora. Las técnicas artesanales y los símbolos del pasado se entrelazan con la arquitectura del presente.
Las habitaciones
Las alternativas de estancia van desde una Canalan Beachfront Villa, equipada para una estancia larga frente al mar, hasta la Cora Four Bedroom Mountaintop Villa, que ofrece un espacio incomparable, privacidad absoluta y vistas impresionantes.
Para quienes buscan ir más allá, un sendero en la montaña conduce hasta ‘La Abuela’, un árbol sagrado que lleva varios siglos. En su presencia, la meditación se convierte en una práctica profunda que puedes realizar al terminar una caminata por la montaña con un guía profesional. Una de las actividades al aire libre que puedes realizar en este lugar.
En más de 300 kilómetros de litoral, Rosewood Mandarina despliega tres ecosistemas que permiten experiencias únicas: como cabalgar desde el corazón de la selva hasta el borde del océano.
Con acceso exclusivo al Club de Polo y al Centro Ecuestre Mandarina, es posible montar caballos de porte majestuoso y sentir cómo sus pasos, pausados y firmes, acompañan al viajero en su transición hacia otro estado del ser.
Los sabores de la costa en Mandarina
Rosewood Mandarina propone una exploración sensorial donde la cocina es protagonista. Desde platos mexicanos con identidad local servidos en La Cocina, a escasos metros del Pacífico, hasta el ritmo relajado de Buena Onda, un spot sobre la arena que reinterpreta la cocina costera española en un entorno casual pero vibrante.
A finales de este año, la experiencia se eleva —literalmente— con la llegada de Toppu, una propuesta de alta gastronomía japonesa que se ubicará en la cima de la montaña. Así como Barra Peñasco, un bar esculpido en el acantilado que servirá cócteles artesanales inspirados en tradiciones chamánicas.
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