Por Kelly Méndez
En México, ser reconocida como “maestra cocinera” no es solo un título: es un homenaje a quienes mantienen viva la tradición culinaria del país, transmitiendo recetas, técnicas y saberes de generación en generación. Detrás de cada platillo hay historias de abuelas, aromas que despiertan recuerdos y un profundo amor por la cocina mexicana.

El origen del reconocimiento de «Maestra cocinera»
El reconocimiento de “maestra cocinera” tiene su origen en Michoacán, un estado famoso por su riqueza gastronómica. Allí comenzaron a visibilizar a las cocineras tradicionales, mujeres que durante décadas enseñaban a sus familias y comunidades a preparar platillos que hoy se consideran patrimonio cultural. Con el tiempo, este nombramiento formalizó la labor de quienes no solo cocinan bien, sino que también enseñan, investigan y preservan la memoria de la cocina local.
Ser maestra cocinera significa mucho más que cocinar: implica enseñar, compartir secretos de ingredientes, técnicas y rituales que se han transmitido de madre a hija durante generaciones.

Benedicta Alejo Vargas: orgullo de Michoacán
Una de las representantes más destacadas de este legado es Benedicta Alejo Vargas, originaria de la comunidad indígena de San Lorenzo, en Uruapan. Reconocida como una de las cocineras tradicionales más importantes del estado, ha recibido más de una docena de premios y ha representado a Michoacán en diversos escenarios internacionales. En 2012, tuvo el honor de cocinar corundas y mole con queso para el Papa Benedicto XVI en el Vaticano durante el evento “Navidad Mexicana en el Vaticano”. Benedicta continúa yendo al monte para conseguir la materia prima de sus recetas y atiende por reservación a quienes desean probar su delicioso mole con queso, sus famosas corundas azules rellenas de frijol o los charales en salsa, ofreciendo una experiencia auténtica del sabor de Michoacán.
El legado que inspira a nuevas generaciones
El reconocimiento a las maestras cocineras no solo honra a quienes preservan la tradición, sino que también inspira a las nuevas generaciones a acercarse a sus raíces y valorar la riqueza cultural que hay detrás de cada platillo. La figura de la maestra cocinera recuerda que la cocina es, antes que nada, un acto de amor, tradición y comunidad.
TE PUEDE INTERESAR: 5 nuevos wine bars en CDMX que valen la pena


