Sí, puedes conseguir ese tono dorado natural y saludable que tanto deseas… pero no a costa de tu piel. Esta guía te explica cómo lograr un bronceado uniforme, duradero y seguro, desde la preparación hasta el cuidado post-sol.
Aunque el verano es el pretexto perfecto para lucir piel bronceada, alcanzar ese glow dorado sin quemaduras ni manchas requiere más que solo acostarse bajo el sol. En tiempos donde el cuidado de la piel es prioridad, entender cómo lograr un bronceado bonito y saludable es esencial. Aquí te decimos paso a paso cómo preparar tu piel, elegir el momento adecuado del día, qué productos usar y qué hacer después para que ese tono veraniego te acompañe por más tiempo, sin consecuencias negativas.

1. Prepara tu piel antes del sol
Un buen bronceado comienza antes de pisar la playa o la alberca. Exfolia tu cuerpo uno o dos días antes para eliminar células muertas y asegurar un tono uniforme. Usa un exfoliante suave en seco o en la regadera, y no olvides zonas como codos, rodillas y tobillos.
También es importante hidratar bien tu piel los días previos. Una piel seca se broncea mal y se descama más rápido. Elige cremas con ingredientes como aloe vera, glicerina o vitamina E.
2. Elige bien tu bloqueador (¡no, no es opcional!)
Sí, puedes broncearte usando bloqueador solar. De hecho, es la única forma segura de hacerlo. Elige un protector de amplio espectro con FPS 30 como mínimo, resistente al agua, y re-aplícalo cada dos horas o después de nadar.
Para evitar manchas o quemaduras, aplícalo 15 minutos antes de exponerte al sol y no olvides zonas como orejas, empeines, labios y parte posterior del cuello.

3. Broncéate en horarios seguros
Los expertos coinciden: las mejores horas para exponerse al sol son antes de las 11 a.m. y después de las 4 p.m.. Evita el sol del mediodía, cuando la radiación UV es más intensa y riesgosa.
Broncearte de forma gradual también es clave: empieza con sesiones cortas de 15–20 minutos y aumenta el tiempo progresivamente. Esto permitirá que tu piel se adapte sin quemarse.
4. Hidrata durante y después del bronceado
Mientras estás bajo el sol, bebe mucha agua para mantener tu piel hidratada desde dentro. Al terminar tu sesión de bronceado, báñate con agua fresca, sin frotar, y aplica una crema after sun o aloe vera puro para calmar y nutrir la piel.
Una piel hidratada mantiene su color por más tiempo, evita la descamación y previene líneas o arrugas prematuras.

5. Aliméntate para potenciar tu bronceado
Ciertos alimentos pueden ayudarte a lograr un tono más dorado y uniforme. Prioriza aquellos ricos en betacarotenos, como zanahoria, mango, papaya y espinaca. Estos antioxidantes estimulan la producción de melanina y protegen la piel del estrés oxidativo solar.

6. No exageres: menos es más
Un bronceado bonito no se logra en un día. Forzarlo solo traerá manchas, irritaciones o quemaduras. Ve poco a poco, respeta los tiempos de tu piel y considera usar autobronceadores o bronceadores progresivos si quieres acelerar el proceso sin exponerte tanto.
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Disclaimer: Nunca te expongas al sol sin protector solar. Broncearse sin protección no solo aumenta el riesgo de cáncer de piel, sino que también acelera el envejecimiento cutáneo y puede causar daños irreversibles. Esta guía promueve el bronceado responsable y bajo protección.


