La gastronomía mexicana no solo es un festín de sabores, colores y tradición. Según estudios recientes, también puede ser una fuente natural de felicidad. Y no, no es solo por lo deliciosa que es: la ciencia respalda lo que muchos ya intuían… la comida mexicana puede mejorar tu estado de ánimo.
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¿Cómo lo logra? La clave está en sus ingredientes. Muchos de los alimentos que usamos a diario en nuestra cocina típica ayudan a estimular la producción de serotonina y endorfinas, los químicos cerebrales responsables del bienestar, la motivación y la sensación de placer.

¿Qué es la serotonina y qué tiene que ver con los tacos?
La serotonina es un neurotransmisor que regula emociones, sueño, apetito y, por supuesto, el estado de ánimo. Aunque no se encuentra directamente en los alimentos, el cuerpo la produce a partir del triptófano, un aminoácido esencial que sí obtenemos a través de la dieta.
¿Y adivina qué? La comida mexicana está repleta de triptófano y otros ingredientes que impulsan la producción de serotonina. Eso explica por qué después de un plato de enchiladas, unos frijolitos con arroz o una buena salsa con guacamole… simplemente te sientes mejor.
Ingredientes mexicanos que alimentan el cuerpo y el alma
Estos son algunos de los ingredientes típicos de la cocina mexicana que, según la ciencia, pueden elevar tu bienestar emocional:
Ingrediente | Beneficio emocional |
Aguacate | Rico en triptófano y grasas saludables, ideal para producir serotonina. |
Frijoles | Fuente vegetal de triptófano, fibra y proteínas. |
Jitomate (tomate) | Contribuye a mantener niveles óptimos de serotonina. |
Chile | Estimula la liberación de endorfinas, generando placer inmediato. |
Maíz (nixtamalizado) | Rico en carbohidratos complejos, ayuda a la absorción del triptófano. |
Cuando estos ingredientes se combinan en un solo platillo (como en un taco bien hecho), se crea una bomba de sabor… ¡y de bienestar!

El efecto «apapacho» de la comida mexicana
La gastronomía mexicana no solo nutre el cuerpo, también reconforta el corazón. Esa sensación de calidez que sentimos al comer un platillo casero como el que hacía mamá no es coincidencia. La combinación de ingredientes nutritivos, texturas familiares y el acto de compartir la comida en familia o con amigos activa mecanismos de recompensa emocional.
No es casualidad que muchos de nuestros recuerdos más felices giren alrededor de la comida: una reunión familiar con tamales, una taquiza en la calle, o el olor del mole en la cocina. Comer en México es una experiencia emocional completa.
La ciencia lo confirma
Cada vez más investigaciones respaldan la conexión entre alimentación y salud mental. Alimentos ricos en triptófano, grasas buenas y antioxidantes se asocian con mejor ánimo y menor riesgo de depresión. Y sí, muchos de esos alimentos están presentes en la dieta mexicana.
Además, el picante que tanto nos caracteriza no solo activa las papilas gustativas: la capsaicina presente en los chiles genera una leve sensación de dolor que, curiosamente, hace que el cuerpo libere endorfinas como respuesta. Es una especie de “placer doloroso” que literalmente nos hace sentir bien.

La próxima vez que disfrutes de unos tacos al pastor, un guacamole fresco o unos esquites calientitos, recuerda que no solo estás comiendo por hambre: también estás alimentando tu mente y emociones.
En un mundo tan acelerado, comer bien, sabroso y con ingredientes naturales como los de la cocina mexicana, puede ser un acto de bienestar, identidad y amor propio.