Edición Especial Día de la Madre.
Este 10 de mayo no seas ese cliente. Ya sabes, el que provoca temblores en los meseros, pesadillas en los cocineros y suspiros de frustración en los gerentes. Esta nota no se trata de seguir el Manual de Carreño, sino de simplemente ser un buen comensal y tener en consideración al staff y a las personas que están buscando una reservación o esperando una mesa en el restaurante que visitas.

El Día de las Madres, es una de las fechas más importantes y movidas para la industria restaurantera. En este día, millones de familias salen a comer fuera para consentir a mamá, lo que convierte a los restaurantes en el escenario principal de la celebración.
Y esto aplica para todas las fechas especiales como el Día del Padre, el 14 de febrero y días donde los restaurantes, bares y espacios se saturan. Cocina, meseros, managers, todos están a tope en celebraciones así. Lo que en la industria le llamamos, estar camotes.
Aquí el manual del buen comensal para sobrevivir las fechas festivas en restaurantes sin pasar penas, ni causar el caos. Después de todo, es un tema de empatía.

- No reservaciones en varios lugares «por si a caso»: Esto no es una boda, ni un por si acaso, escoge un restaurante, haz la reservación, comprométete y no lo dejes en visto.
- Consejo MexBest: Si haces reservación en varios lugares y no cancelas las que no usarás, hay una mesa vacía donde otra mamá, familia o pareja pudo ser feliz.
- No te inventes alergias e intolerancias imaginarias: ¿Tacos sin tortilla, sin proteína, sin lácteos, sin grasa, sin condimentos, sin sabor? No es el momento ni lugar, sí tienes alguna condición real, dilo con respeto y anticipación, pero no andes improvisando intolerancias porque andas fit o viste algo en Tik Tok.
- Deja una buena propina: Como todos sabemos este día es un caos para los restaurantes, los meseros trabajan horas extras, reciben el doble de pedidos y el triple de exigencias, no los dejes con lo mínimo. Si el servicio fue bueno, se generoso; si fue excelente, se legendario.

- Considera los traslados: No invites a tu mamá a un lugar que queda a tres horas y dos transbordos. Piensa en la comodidad, tráfico, distancia para llegar a tiempo a la reservación. Y si la pierdes por falta de planeación, recuerda que no es responsabilidad del establecimiento darte otra mesa.
- Spoiler alert: Tu mamá te seguirá queriendo, sin importar a donde la lleves.
- Respeta el tiempo límite de tu reservación: Solo nos faltan tres cafés, dos postres, 40 minutos de chisme y una selfie familiar… Si el restaurante te dio 90 minutos de mesa por la saturación del día festivo, son 90 minutos para gozar. Sabemos que este límite puede ser molesto como cliente, pero hay que entender la situación de la fecha. Hay otra familia afuera esperando mesa con su mamá en tacones, piénsalo.
- No hagas la sobremesa eterna: La plática está buena, pero tristemente no es tu sala. Si ya no estás consumiendo, y solo queda la velita derretida del pastel o solo están tomando agua y hay mesas esperando, es momento de seguir celebrando en otro lugar. Siempre puedes llevar la fiesta a otro bar, casa, café y hasta un karaoke.
- Sin malas actitudes: Respira, en este día todo estará más lleno, más lento y más ruidoso. Si el restaurante está a reventar, los meseros están a tope y hay un poco de caos, es normal. No seas el que reclama todo, regaña al personal y se queja por deporte.