EL FILÓSOFO GASTÓN BACHELARD DECÍA QUE LOS ESPACIOS –O LUGARES– SON ESTADOS DEL ALMA, Y CUANDO HABLAMOS DE CREATIVIDAD, ESA ASEVERACIÓN SE VUELVE MÁS SIGNIFICATIVA. DESDE LA PERSPECTIVA DEL ÉXITO EN CADA UNA DE SUS INDUSTRIAS, ESTOS TRES ÍCONOS DE LA CREATIVIDAD, MICHEL ROJKIND, GABRIELA CÁMARA Y EMMANUEL “MEME” DEL REAL SE UNEN PARA CONFIRMAR QUE, EN LA CREACIÓN, TODO ES CUESTIÓN DE MANTENERSE INSPIRADO.




Hay arquitectos que construyen edificios, y hay otros –como Michel Rojkind– que más bien dan forma a ideas. Con más de dos décadas de trayectoria, Rojkind se mantiene como una de las voces más lúcidas y sensibles de la arquitectura contemporánea mexicana. No tanto por sus formas audaces –aunque las hay–, sino por la manera en que concibe la arquitectura como una extensión de la vida social: un acto de generosidad hacia la ciudad.


Su firma, Rojkind Arquitectos, está activa en México y en el extranjero, a través de proyectos que confirman esa búsqueda constante de la reciprocidad entre entorno y experiencia. Entre ellos, destaca Vinícola Pictograma, en el valle de Guadalupe, un ejercicio de integración paisajística que reinterpreta el ritual del vino con un lenguaje casi poético. También, The Ledger, en Bentonville, Arkansas, un edificio colaborativo que redefine la idea del espacio de trabajo en comunidad.

Para entender la coherencia entre diseño, música y cocina, hay que mirar con detenimiento, pues revela tanto como un menú. En los últimos años, diversos estudios –como el Global Hospitality Design Report 2024– han demostrado que los espacios donde el diseño dialoga con la gastronomía son recordados hasta un 35% más por los comensales. No es casualidad: la textura de una mesa, la temperatura de la luz o el ritmo de una playlist pueden modificar la percepción del sabor. En palabras del filósofo Alain de Botton, “comemos con los ojos tanto como con el corazón”, y es ahí donde el diseño se convierte en un ingrediente más del plato.


Cuando cada colaborador aporta desde su campo –ya sea un arquitecto, un chef o un músico–, surge una sinfonía de emociones. Esa comunión es la que define la creatividad en su máxima expresión: una muestra de imaginación donde cada detalle, visible o no, tangible o no, cuenta una historia.




Desde Contramar hasta Caracol de Mar, pasando por una larga lista de colaboraciones –principalmente, entre colegas y amigos–, la visión de la chef, empresaria y autora mexicana Gabriela Cámara ha trascendido los límites del plato para involucrar la estética, la cadencia del servicio y la atmósfera como extensiones naturales de su propuesta culinaria, favorita de tantos desde hace casi 30 años. Cada proyecto encarna un sentido de identidad –no impuesto, sino orgánico– que dialoga con el entorno y con quienes lo habitan. “Un restaurante es un espacio de energía compartida”, ha dicho, y esa energía se construye colectivamente. En los muros de Caracol de Mar, su más reciente apertura en la Ciudad de México, habita Ofrenda, una obra que el restaurante comisionó a la artista mexicana Beatriz Morales para la reapertura de la nueva locación del restaurante, en la Condesa, muestra del vínculo de la chef con el universo de las artes.

Explorar nuevas fronteras creativas exige apertura, curiosidad y, sobre todo, disposición a transformarse. La genialidad florece cuando se reconoce la influencia del entorno y la historia que nos precede. Y ahí, precisamente, es donde nos encontramos con Meme.

Emmanuel “Meme” del Real, tecladista y compositor de Café Tacvba, ha lanzado su álbum debut La montaña encendida, marcando una nueva etapa en su carrera musical que ha venido gestándose desde hace varios años, cuando el músico se mudó a Valle de Bravo en la pandemia junto a su familia. “Me encontré de pronto en un espacio nuevo, pero, sobre todo, rodeado de montañas, bosque y naturaleza exuberante y pude observar las cosas con otra perspectiva y a otro ritmo”, nos cuenta. En esa reflexión, Meme inició un viaje introspectivo y solitario: descubrió que le hacía falta la ciudad y toda su actividad social y energética. “Tuve tiempo de observarme desde otro lugar; y de pronto, empezaron a salir canciones que hablaban de algo que no me había propuesto hacer, a nivel musical y lírico”.


Más que encontrar inspiración en un lugar –que sí sucede–, concluye: “Sí tiene que ver con la ubicación geográfica, pero también con un proceso de descubrir lugares y tener nuevas posibilidades”. Esta introspección personal se convirtió en el motor que habilitó la exploración de territorios inexplorados. Para crear –espacios, canciones, platillos por igual–, primero hay que entender quiénes somos y de dónde venimos.



ESTILISMO: Ulises García / PRODUCCIÓN: Chuss Montealegre / MUA: Annie Ruiz / LOCACIÓN: Caracol De Mar

Michel y Meme: looks totales, 1/8 TAKAMURA; relojes, PANERAI; lentes, GRAMO. Gaby: look total, YAKAMPOT

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