NUEVA REPOSTERÍA: 

IDENTIDAD, MEMORIA Y TÉCNICA

TEXTO: Natalia Chávez 

FOTO: Gustavo García-Villa / MAQUILLAJE: Luis Gil / LOCACIÓN: Casa Teo

EN LOS ÚLTIMOS AÑOS MÉXICO HA GANADO RECONOCIMIENTO EN LA ESCENA GASTRONÓMICA GLOBAL, ESPECÍFICAMENTE EN LA PANADERÍA Y LA REPOSTERÍA. ESTE AUGE NO ES FRUTO DEL AZAR, SINO DEL TALENTO Y LA PASIÓN DE GRANDES FIGURAS. ELLOS VIERON EN LA TRADICIÓN UNA OPORTUNIDAD PARA REINVENTAR RECETAS, ROMPER MOLDES Y AMPLIAR LOS HORIZONTES DE LO QUE SIGNIFICA HACER PAN EN MÉXICO. CON PROPUESTAS DE ALTA COCINA Y PANADERÍAS ARTESANALES –CON MARCAS ORGULLOSAMENTE LOCALES– ESTÁN MARCANDO UNA DELICIOSA REVOLUCIÓN.

Vestido COSSVestido COSS

MARIBEL ALDACO

Maribel es una experta en conectar los postres con la nostalgia. El sabor de la miel de abeja con la leche del cereal que comía de niña, lo lleva al semifreddo miel que sirve en Fauna en el Valle de Guadalupe –que ya es un clásico del restaurante–, lo mismo con un banana pie o una dona con helado de miel de maple y manzana que la transportan a ese glorioso momento de infancia. “Hace poco me dijo una amiga venezolana: "Probé tu Kouign-amann de guayaba y dulce de leche, y me recordó cuando era chiquita porque en Venezuela, mi mamá siempre nos traía esto” y para mí lo más satisfactorio es poder llevar al comensal a un momento así de especial, de nostalgia, porque comúnmente los postres están relacionados con momentos felices de nuestra vida. Para mí de eso se trata”, cuenta Maribel. Además de la memoria gustativa, para la repostera, las texturas son un punto de partida al crear postres dignos de reconocimientos internacionales como Mejor Chef Repostera 2023 por 50 Best

Sus platos involucran al menos tres diferentes tipos de texturas –bizcochos, mouse, laminados, hojuelas y frutos– y el choque de la masa o pan con el frío de un helado es una de sus cosas favoritas. En los postres de la chef siempre habrá un helado e ingredientes de temporada del rancho en Fauna. De sus días junto al chef Jaír Téllez en Merotoro aprendió la importancia de expresar en el plato el lugar en el que uno se encuentra. Con esa idea en mente, sus recetas –en Fauna, Bruma Wine Garden o en la panadería–, reflejan la estacionalidad y la disponibilidad de los productos del Valle.


Las listas y los premios no son la motivación para ella, pero “haber sido reconocida como Mejor Repostera de Latinoamérica por 50 Best es un sueño cumplido y un honor que comparto con otras mujeres que admiro profundamente”, describe. “Mujeres que abren camino en las cocinas y que son también inspiración y motivación para seguir creando y transformando recuerdos en algo dulce”.

Suéter COSSSuéter COSS

DANIEL LÓPEZ 

Para Daniel, la baguette es la prueba definitiva para cualquier panadero. Y si alguien sabe dominar la masa madre, es él. Fundador de Saint, admira la belleza rústica de esta receta clásica: un amasado intensivo pero controlado, una ligereza equilibrada, una corteza perfecta y un aroma profundo. Es en ese balance donde se revela la verdadera técnica y mesura del panadero. Lo que más le fascina de la baguette es su simbolismo: un punto medio entre el viejo y el nuevo mundo, reflejo entre la tradición artesanal y la industrialización del pan. Justo como Saint –la panadería que creó y dirige junto a Ana Melissa Valenzuela–, donde han construido un puente entre lo clásico y lo contemporáneo a través de la masa madre, manteniendo con firmeza los procesos artesanales.


Yo sentía que había un nicho en el pan de masa madre en la ciudad y genuinamente me gusta hacer estos procesos lógicos”, describe. “Disfruto mucho asegurarme de que todos entendamos la secuencia de trabajo sobre un producto. Y, si hablo de un área que particularmente me apasiona, esa es el horneado”, explica. “Al final siento que es algo parecido al pase en la cocina: ese momento en el que el chef puede revisar el platillo para ver cómo salió, qué falló y qué puede mejorar la próxima vez”.


Para Daniel, el horneado es como una fotografía de todo el proceso que hubo detrás —desde la formulación, el amasado y la fermentación, hasta el resultado final. Es el punto donde el trabajo manual, la técnica y la precisión se hacen visibles en la panadería.


Su historia con la panadería comenzó a los 16 años, cuando vivía en Nueva Zelanda. Allí, inspirado por una panadería francesa y el libro de Tartine, decidió estudiar repostería y desde entonces no ha dejado de amasar, hornear y perfeccionar su técnica.

Hoy, con dos sucursales exitosas de Saint en la Ciudad de México, lo que más disfruta sigue siendo lo esencial: el horno, la masa y el ritmo del pan. “Lo más bonito”, dice, “es llegar a la sucursal a las siete de la mañana, ver los volúmenes que producimos y comprobar la consistencia de nuestros panes. Eso me llena”.

DANIEL LÓPEZ 

Para Daniel, la baguette es la prueba definitiva para cualquier panadero. Y si alguien sabe dominar la masa madre, es él. Fundador de Saint, admira la belleza rústica de esta receta clásica: un amasado intensivo pero controlado, una ligereza equilibrada, una corteza perfecta y un aroma profundo. Es en ese balance donde se revela la verdadera técnica y mesura del panadero. Lo que más le fascina de la baguette es su simbolismo: un punto medio entre el viejo y el nuevo mundo, reflejo entre la tradición artesanal y la industrialización del pan. Justo como Saint –la panadería que creó y dirige junto a Ana Melissa Valenzuela–, donde han construido un puente entre lo clásico y lo contemporáneo a través de la masa madre, manteniendo con firmeza los procesos artesanales.


Yo sentía que había un nicho en el pan de masa madre en la ciudad y genuinamente me gusta hacer estos procesos lógicos”, describe. “Disfruto mucho asegurarme de que todos entendamos la secuencia de trabajo sobre un producto. Y, si hablo de un área que particularmente me apasiona, esa es el horneado”, explica. “Al final siento que es algo parecido al pase en la cocina: ese momento en el que el chef puede revisar el platillo para ver cómo salió, qué falló y qué puede mejorar la próxima vez”.


Para Daniel, el horneado es como una fotografía de todo el proceso que hubo detrás —desde la formulación, el amasado y la fermentación, hasta el resultado final. Es el punto donde el trabajo manual, la técnica y la precisión se hacen visibles en la panadería.


Su historia con la panadería comenzó a los 16 años, cuando vivía en Nueva Zelanda. Allí, inspirado por una panadería francesa y el libro de Tartine, decidió estudiar repostería y desde entonces no ha dejado de amasar, hornear y perfeccionar su técnica.

Hoy, con dos sucursales exitosas de Saint en la Ciudad de México, lo que más disfruta sigue siendo lo esencial: el horno, la masa y el ritmo del pan. “Lo más bonito”, dice, “es llegar a la sucursal a las siete de la mañana, ver los volúmenes que producimos y comprobar la consistencia de nuestros panes. Eso me llena”.

Suéter COSSSuéter COSS
Vestido COSSVestido COSS

ODETTE OLAVARRI 

Kouign‑amann, croissants, roles, pasteles… y mucha dulzura, tanto en la tienda como en quien la dirige. Lo que comenzó como un proyecto en la cochera de su casa, hoy se ha convertido en una panadería exitosa que, más allá de su creciente expansión, logra algo esencial: hacer feliz a su comunidad. Cada mañana, vecinos, curiosos que la descubren en redes sociales o simplemente quienes se dejan llevar por el aroma y la fila, llegan a esa esquina atraídos por su magia. Detrás de todo está Odette Olavarri, de apenas 29 años, quien ha conquistado al público a través del sabor y una visión muy particular de la panadería contemporánea.


“Yo describiría a Odette como una panadería que vive en su tiempo”, explica la chef. Inspirada por las panaderías de San Francisco, las tendencias en Copenhague y, por supuesto, con una sólida base francesa, su propuesta no se enmarca en una sola tradición. “Es un reflejo del mundo en el que vivimos: cambiante, diverso, en constante evolución.”


Esa mentalidad se traduce en el menú: cada dos semanas hay una novedad. Ingredientes como pistaches, cerezas, calabaza o fresas entran y salen del repertorio, adoptando distintas formas y texturas. Así, un kouign‑amann no solo representa su panadería, sino también su personalidad. “Odette es un laminado con más mantequilla, más azúcar y bien caramelizado”, dice entre risas. “Me encantan las mediciones, las capas... Un buen laminado necesita un número exacto de vueltas, y me divierte jugar con eso.” Su precisión, estructura y pasión por los procesos la hacen ideal para este oficio. 


“A diferencia de la cocina salada, donde puedes ajustar sobre la marcha, en la repostería todo debe ser exacto. Esa necesidad de estandarización va muy bien con mi personalidad, y me encanta poder enseñar eso a mi equipo de forma clara y precisa.” Y es justamente allí donde radica uno de los aspectos más valiosos de su liderazgo: Odette guía desde la cercanía, compartiendo su experiencia con generosidad y cultivando siempre un ambiente humano y respetuoso en su equipo.

Blusa y abrigo COSS

SOFIA CORTINA

La pionera de esta nueva ola de reposteros mexicanos. En 2020, Sofía Cortina fue nombrada Latin America’s Best Pastry Chef por 50 Best Restaurants, convirtiéndose en la primera mexicana en ese rubro. Hasta entonces no se había reconocido a un talento nacional en la repostería, y con Sofía se abrió ese camino para quienes buscan hacerse de un nombre. Tras su paso por cocinas europeas y restaurantes de alta cocina, hoy la chef describe su estilo como repostería con técnicas francesas, ejecutadas con producto local. 


Sofía se caracteriza por aprovechar al máximo la dulzura natural de los frutos para minimizar los azúcares añadidos. Lo mismo con los colorantes: emplea el color natural de las frutas de temporada para evitar químicos. También cuida el uso de productos orgánicos, tan básicos como el huevo, el chocolate o la vainilla. Así, la chef cree firmemente en que se puede ofrecer postres bien ejecutados y deliciosos sin comprometer la salud. “Ser repostero es sinónimo de ser paciente porque la mayoría de las cosas que hacemos requieren de mucha precisión y tiempo”, comenta. “Y creo que sí tengo esa paciencia en mi vida personal”. 


Hoy Sofía quiere ser un ejemplo de que se puede vivir esta profesión con gozo. “Para mí, ser repostero es ser es sinónimo de ser paciente”, analiza. “Lo bonito de nuestra industria, que nos puede acercar a muchos mundos y posibilidades, y al leer la biografía de Pierre Hermé me di cuenta que todos pasamos por las mismas situaciones”, recuerda. “Y hay momentos en los que tienes que decidir qué es más funcional en tu vida”. En esa congruencia y como persona de muchos talentos e inquietudes, Cortina decidió tomar una ruta distinta a la del restaurante o sucursal para buscar más posibilidades y formatos que le permitieran explorar sus distintas pasiones. 


Actualmente se dedica a la consultoría de restaurantes, además de una sociedad con Pastelería Bleu como centro de producción, desde donde realiza sus creaciones de temporada y servicio de catering. “Deseo que trabajar sea algo que de verdad disfrutemos, con buenos ambientes de trabajo”, explica. ”El balance es algo de lo que siempre he sentido responsabilidad cuando la gente me voltea a ver”, medita. Su ejemplo y la pasión con la que habla del oficio resultan una fuente constante de inspiración. 

SOFIA CORTINA

La pionera de esta nueva ola de reposteros mexicanos. En 2020, Sofía Cortina fue nombrada Latin America’s Best Pastry Chef por 50 Best Restaurants, convirtiéndose en la primera mexicana en ese rubro. Hasta entonces no se había reconocido a un talento nacional en la repostería, y con Sofía se abrió ese camino para quienes buscan hacerse de un nombre. Tras su paso por cocinas europeas y restaurantes de alta cocina, hoy la chef describe su estilo como repostería con técnicas francesas, ejecutadas con producto local. 


Sofía se caracteriza por aprovechar al máximo la dulzura natural de los frutos para minimizar los azúcares añadidos. Lo mismo con los colorantes: emplea el color natural de las frutas de temporada para evitar químicos. También cuida el uso de productos orgánicos, tan básicos como el huevo, el chocolate o la vainilla. Así, la chef cree firmemente en que se puede ofrecer postres bien ejecutados y deliciosos sin comprometer la salud. “Ser repostero es sinónimo de ser paciente porque la mayoría de las cosas que hacemos requieren de mucha precisión y tiempo”, comenta. “Y creo que sí tengo esa paciencia en mi vida personal”. 


Hoy Sofía quiere ser un ejemplo de que se puede vivir esta profesión con gozo. “Para mí, ser repostero es ser es sinónimo de ser paciente”, analiza. “Lo bonito de nuestra industria, que nos puede acercar a muchos mundos y posibilidades, y al leer la biografía de Pierre Hermé me di cuenta que todos pasamos por las mismas situaciones”, recuerda. “Y hay momentos en los que tienes que decidir qué es más funcional en tu vida”. En esa congruencia y como persona de muchos talentos e inquietudes, Cortina decidió tomar una ruta distinta a la del restaurante o sucursal para buscar más posibilidades y formatos que le permitieran explorar sus distintas pasiones. 


Actualmente se dedica a la consultoría de restaurantes, además de una sociedad con Pastelería Bleu como centro de producción, desde donde realiza sus creaciones de temporada y servicio de catering. “Deseo que trabajar sea algo que de verdad disfrutemos, con buenos ambientes de trabajo”, explica. ”El balance es algo de lo que siempre he sentido responsabilidad cuando la gente me voltea a ver”, medita. Su ejemplo y la pasión con la que habla del oficio resultan una fuente constante de inspiración. 

Blusa y abrigo COSS
Saco, BOYFRIEND’S SHIRT

HUERIK PALOS

Un repostero que cree firmemente en la riqueza culinaria de México a través de sus ingredientes y técnicas. Al frente de la repostería de Pujol y tras años de trabajar con Enrique Olvera, uno de los mayores honores de su vida ha sido la oportunidad de explorar y conocer más de la cocina mexicana y su poder. Desde esta posición clave, no solo supervisa la creación y ejecución de postres para el restaurante más emblemático del país, sino que también impulsa una visión profundamente enraizada en la riqueza culinaria de México.


Formado en pastelería francesa, Huerik comenzó su carrera fascinado por las técnicas europeas. Sin embargo, ha encontrado en la cocina mexicana una fuente inagotable de inspiración, complejidad y orgullo. Incluso, ha aprendido a expresar su mexicanidad a través de la pastelería, adaptando técnicas, recetas e ingredientes de diferentes regiones de México. Esta transformación en su perspectiva ha sido alimentada tanto por su experiencia internacional al viajar con el grupo Casamata, como por su trabajo junto a Olvera, de quien aprendió que la técnica, el ingrediente y la receta deben tener, al menos una conexión clara con el territorio.


Desde esta filosofía, Palos ha llevado la repostería de Pujol a un lugar donde las técnicas refinadas dialogan con los ingredientes autóctonos y las tradiciones regionales. Un ejemplo es el financier francés elaborado con pepita de calabaza de Yucatán o el uso exclusivo de vainilla mexicana en sus creaciones. Otro es la adaptación de una técnica tradicional yucateca: la papaya nixtamalizada, que, cocida en almíbar, adquiere una textura única —firme por fuera y suave por dentro—, y que hoy protagoniza uno de los postres del menú degustación.


Apasionado del pan, su paso por Europa también le permitió reevaluar el lugar del pan dulce mexicano en el panorama global. Al observar desde fuera, notó la enorme riqueza de la panadería dulce nacional, con más de 400 variedades a lo largo del país. Esta apreciación renovada lo ha llevado a investigar más profundamente los panes típicos de cada estado, con el deseo de reinterpretarlos, preservarlos y compartirlos.


“La repetición lleva a la excelencia”, repite Huerik, como le ha enseñado su mentor. Su estilo como repostero ha evolucionado hacia la sencillez, tanto en presentación como en sabor. Para él, “la sencillez no significa que algo sea fácil; de hecho, cuanto más sencillo es algo, más complicado se vuelve, porque no hay dónde esconderse si algo sale mal”.


Humilde y con una profunda conciencia de su lugar en la escena gastronómica, Huerik Palos no se considera un maestro terminado. “Definitivamente todavía me faltan muchas cosas que aprender”, reflexiona. Esa actitud lo mantiene en constante evolución, explorando nuevas técnicas, ingredientes y formas de contar la historia de México a través del azúcar y la memoria.

 PEINADO: Michelle López / ASISTENTE DE MAQUILLAJE: Denisse Hernández / ESTILISMO: Ulises García / PRODUCCIÓN: Jesús Montealegre / LOCACIÓN: Casa Teo

MARIBEL, Vestido COSS / DANIEL, Suéter COSS / ODETTE, Vestido COSS / SOFÍA, Blusa y abrigo COSS / HUERIK, Saco, BOYFRIEND’S SHIRT

Zeen is a next generation WordPress theme. It’s powerful, beautifully designed and comes with everything you need to engage your visitors and increase conversions.